martes, 29 de septiembre de 2015

Economicamente no compensa hacer un doctorado

Es interesante leer este post de Francisco R. Villatoro en Naukas. Personalmente no le recomiendo a nadie realizar un doctorado. Hay una saturación importante como han recogido varios artículos publicados en Nature. Varios artículos publicados en EEUU recoge el drama de los profesores adjuntos contratados a tiempo parcial.
public_assistance
El 25% de los profesores adjuntos a tiempo parcial vive gracias a los programas de subsidio en los EEUU

El salario medio de un profesor con estas características en los EEUU es de 25000$ brutos al año, sin seguro médico, cotización para la jubilación. Unas condiciones laborales que te condenan a la pobreza.

No estoy de acuerdo, sin embargo, con Francisco R. Villatoro en que los programas de doctorado deban de reorientarse para formar a doctores con habilidades fuera de la investigación. En sus palabras Francisco R. Villatoro dice "Los programas de doctorado no están diseñados para formar a doctores que abandonen la investigación una vez hayan defendido su tesis. Son programas de doctorado demasiado especializados e irrelevantes para el mundo laboral más allá del académico. Muchas tesis doctorales son tan especializadas que sus resultados son de interés sólo para un reducido grupo de expertos que trabajan en el mismo campo, subcampo y subsubcampo de la tesis". Los programas de doctorado deben preparar a los estudiantes para situarse en la frontera de la ciencia. Cuando uno comienza un doctorado tiene que saber en donde se mete. La ciencia no es una agencia de colocación. Un doctorado debe de estar enfocado a crear profesionales de la investigación.

Qué no haya cama para tanta gente y que la gestión de los recursos humanos en ciencia es penosa es cierto (leer el post "Una puta mierda"). ¿Subsanable? por supuesto. Para empezar se debería informar a los candidatos de cuáles son las reglas del juego y cuáles son los requerimientos para tener al menos ciertas probabilidades de éxito. Esto no se hace sino que en los últimos años con el boom de la divulgación científica incluso se dedica dinero a "despertar vocaciones". Los programas de doctorado necesitan cubrir sus plazas de alumnos, los directores de investigación presionan para que se ofrezcan becas a aquellos que van a trabajar en los laboratorios... Pero no solo pasa en los programas de doctorado, también en las escuelas de cinematografía ¿Cuántos van a trabajar como doctores?. El caso ya es flagrante en las universidades privadas en las que el alumno (o la familia que paga) son los clientes. El resultado es una inflación de títulos. Se produce en la universidad no una transmisión de conocimiento sino una "ilusión de conocimiento", previo pago de tasas claro. Una burbuja del saber.

Una burbuja es un proceso que se retroalimenta. ¿Se acuerdan de la burbuja inmobiliaria? ¿Se imaginan a un director de banco diciendo "no, no se metan en este crédito porque es un negocio ruinoso? o a un promotor bancario diciendo "El precio de los pisos puede caer, vaya si puede caer" o a un político advirtiendo que no va a ser verano toda la vida y que puede llegar el invierno. Con la burbuja académica ocurre lo mismo: Todos ofrecen que su formación te va a dar un gran valor añadido, que la mejor inversión es la educación que ellos ofrecen. El colmo de la sinverguenza son los masters online en donde una plataforma digital te satura de información indigerible y a eso le llaman educación. El coste de esos productos, digitales en su mayoría, es ínfimo, sin embargo los alumnos pagan su buen dinero a cambio de nada. El título que ofrecen, por el hecho de ser online, carece de validez la mayoría de los casos. Lo que nos advierte Nature y estos artículos sobre los profesores adjuntos es una realidad distinta: económicamente no compensa llegar a niveles de formación elevados. Otra cosa es que te embarques en esta aventura por sed de conociento, pero esa es otra historia.

Referencias:
Fix the PhD,” Nature 472: 259–260, 21 April 2011; Mark Taylor, “Reform the PhD system or close it down,” Nature 472: 261, 21 April 2011; David Cyranoski, Natasha Gilbert, Heidi Ledford, Anjali Nayar, Mohammed Yahia, “Education: The PhD factory. The world is producing more PhDs than ever before. Is it time to stop?,” News Feature, Nature 472: 276-279, 21 April 2011; Alison McCook, “Education: Rethinking PhDs. Fix it, overhaul it or skip it completely,” News Feature, Nature 472: 280-282, 21 April 2011; Peter Fiske, “What is a PhD really worth?,” Nature 472: 381, 21 April 2011; y Raymond Gosling, Cheryll Tickle, Steve W. Running, Yao Tandong, Andras Dinnyes, A. A. Osowole, Erika Cule, “Seven ages of the PhD,” Nature 472: 283–286, 21 April 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cada vez que lees un artículo y no dejas un comentario, alguien mata a un gatito en alguna parte del mundo...